Cuando hablamos del "ser humano" como ente inteligente y consciente siempre surgen las preguntas de "qué es la inteligencia", "qué es la consciencia", "cómo funciona nuestro cerebro", etc. Pero en esta pequeña disertación voy a ir más allá, y voy a plantear dos posibilidades:
- El ser humano no es más que materia, partículas, átomos vulgares y corrientes pero organizados formando un sistema complejísimo. Dicha organización dota al sistema de ciertas propiedades. En este contexto la inteligencia y la consciencia serían el resultado de las complejas reacciones químicas (incluso cuánticas) en nuestro cerebro.
- Hay algo más, algo que se escapa a las leyes físicas que conocemos.
En la primera posibilidad nos enfrentamos a un grave problema conceptual. Eso que llamamos "libre albedrío" no encaja muy bien en una definición física de "consciencia". Para nosotros el libre albedrío es la capacidad de tomar decisiones, de elegir el camino a tomar, de "pensar". Pero si existen unas leyes físicas (no implica que las conozcamos), si el comportamiento del Universo no es alterable por la consciencia, ¿en qué momento nuestra voluntad podría influir en la física de partículas?
El futuro no tiene por qué estar escrito: la física cuántica nos reserva un principio de indeterminación que nos salva de esto. Pero eso no quiere decir que podamos decidir su camino. Si las partículas que forman nuestro cerebro se rigen por unas leyes dará igual lo que nosotros queramos que hagan. El estado en un instante dependerá siempre del estado en el instante anterior de todas las partículas que formen una determinada interacción. Si tuvieramos potestad para decidir el siguiente estado estaríamos rompiendo una ley física. Y si podemos romper una ley física, ¿dónde está el límite? Directamente el nombre "ley" sería erróneo. Habría que reescribir la física.
Si nuestro cerebro tuviera la capacidad de colapsar a su antojo una función de onda cuántica (tomar una decisión), habría otros sistemas complejos capaces de hacerlo. Habría que buscar un límite y de todas formas sabríamos que hay leyes físicas "maleables". Y si no existe tal capacidad, tal posibilidad, estamos a merced de la física y no existe eso que llamamos "libre albedrío" ni "capacidad de decisión" ni nada de nada. Sería una mera ilusión óptica creada por sistemas de gran complejidad.
Si algún lector tiene algo que decir me encantaría recibir comentarios a esta paranoia.
Saludos.
24 septiembre 2007
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4 comentarios:
Sólo comentar que yo tengo algo parecido a una teoría al respecto, pero quiero contrastarla con las opiniones del que se atreva a opinar :-P
Esto me suena... :-P
Por mi parte, me quedo con la primera de las dos posibilidades que planteas como "la a priori más probable". Que hablemos de "libre albedrío" como la capacidad para tomar decisiones y elegir una entre dos o más opciones, no tiene por qué estar reñido con el determinismo físico, de hecho, yo lo veo como una propiedad más del mismo en determinadas circunstancias. ¿En qué momento podemos influir en la física de partículas? Depende de a qué nivel te estés refiriendo. En el CERN influimos en la física de partículas en el sentido en que allí hacemos cosas que no se dan de forma natural cuando sales a la calle para poder estudiarlo. Pero no influimos ni podremos influir, en principio, en el sentido en que no podemos eludir o infringir la fuerza nuclear fuete, por ejemplo.
Por último, no acabo de entender qué tiene que ver el libre albedrío con la consciencia.
PD: Es peligrosísimo que trates cuestiones como ésta en tu blog, sobre todo teniéndome a mí como lector incondicional; esto puede acabar convirtiéndose en una especie de foro sub-blog :-P
Es que tú no eres el objetivo, a ti te tengo en el foro, pero el resto de lectores no se pasan por allí y no tengo forma de comunicarles mis paranoias. Tú haz el favor de contestar allí...
Por cierto, estás confundiendo bastantes planteamientos pero supongo que por desconocimiento o por semántica; en el foro hay muchos más datos :-)
Supongo que el último comentario trataba sobre mi persona, sin ánimo de ser egocéntrico.
Ya estuve por el foro, y la verdad es que veo interesante el temilla, aunque para formarse una opinión decente tendría que pensar laaaaargo y tendido. En principio me cuesta creer que no podamos influir en nada, aunque por otro lado tus razonamientos llevan a que cualquier decisión que tomemos puede redundar en "malear" una ley física. Quizá me quede con tu interpretación de que todas nuestras decisiones no son más que una mera ilusión, aunque pueda parecer una chorrada, es la explicación que más se acerca a la forma de razonar de la "navajita de Ockham".
Aún así está claro que no es fácil formarse una opinión en un ratillo de lectura, me lo pienso unos días y luego te contestaré en condiciones, espero no mezclar conceptos ;). Aunque estoy contigo, por mucho que nos pese, no somos dueños ni siquiera de nuestros actos.
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