Y se acabó lo que se daba. Diecinueve días de aventuras y relajación en familia, dormir hasta tarde, comer con los abuelos de mi hijo, no pensar en trabajar... Pero todo tiene un límite, en este caso un abrupto límite. Ayer me levanté a las 11:30, hoy a las 7:30. Creedme, se nota la diferencia.
Gran pare de las vacaciones me las pasé desconectado, por lo que no debería tener mucho que contar. Pero en realidad los últimos días, ya en casa, me entraron ganas de escribir un par de docenas de entradas en esta bitácora. Luego recordé que estaba de vacaciones, y pasé de todo. Y ahora tengo muchas cosas acumuladas y me da pereza ponerme a hablar de todas, así que iré poco a poco recuperando el ritmo normal.
Hace algunas semanas un alma caritativa me dejó prestado un teléfono móvil para sustituir al que me robaron, por segunda vez, hace un tiempo. Aún estoy recuperando los teléfonos de la agenda, pero ahora no tengo ni idea de dónde he metido el cargador. ¡Qué desastre! Así que cuando se me acaba la batería (y poco le dura) tengo que esperar hasta que encuentro a alguien con un Nokia y el cargador en la mochila... Sigo semi-incomunicado vía móvil. Menos mal que existe Internet. Es posible que algún día decida comprarme un móvil nuevo. Y esta vez para cuidarlo y no dejar que me lo roben. Eso sí, tengo aún que decidir si comprar un móvil cutre de funcionalidad básica y pocos euros o uno decente e intentar aprovecharlo al máximo, igual me envicio. Si me decanto por la segunda opción tendré que echarle un ojo al FIC de OpenMoko, el móvil libre. Un poco caro, pero bueno, ya se verá.
Pues nada, a ver si mañana tengo algo interesante que contar y ganas para hacerlo. Por lo pronto hoy pondré un álbum más de fotos con las de estas vacaciones y me aburriré un poco en la oficina. Bienvenidos a la rutina. Hasta mañana.
20 agosto 2007
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4 comentarios:
Bienvenido Gabi!!!
Graciñas, Noa. Estaba esperando a tener al menos un comentario antes de seguir hablando solo :-D
Ahora intentaré volver a escribir a diario :-D
Tú terminas las vacaciones y yo ni siquiera puedo empezarlas, qué injusta es la vida :-P
¡Cuántos quisieran no tener vacaciones por la misma razón que tú, amigo mío! :-)
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