29 mayo 2008

El software y la Administración Pública

Antes de leer esta entrada hay que tomarse un cafetuelo...

Bien, puestos en antecedentes voy a intentar explicar la situación. Partamos del hecho: el software de la Administración Pública no es compatible con el 100% del software que existe, ni siquiera con el de segundo nivel (por porcentaje de usuarios).

La Administración Pública no sigue los estándares. Es el primer eslabón de un círculo vicioso: la Administración Pública prefiere seguir el "estándar de facto" por encima del "estándar libre" (algo que de verdad cumple el paradigma de "estándar"). Los estándares de facto suelen estar controlados por empresas privadas y sujetos a sus normas, sus patentes y su voluntad. Hoy en día se libra una gran batalla en este campo. El ejemplo más flagrante hoy en día es el caso ODF vs. OOXML, como normas para documentos de texto. Me explico, para el que lo desconozca.
Open Document Format nació como una iniciativa para normalizar el formato de los documentos de texto. El estándar de facto era en este momento (y sigue siendo) el infame .doc de Microsoft. La Open Document Foundation consiguió diseñar una buena norma y llevarla ante la ISO, y allí se aprobó. Ni que decir tiene que a Microsoft no le sentó nada bien. Contraatacaron muy fuerte con un nuevo formato de texto, el OOXML. Lo llevaron también ante la ISO, pero es una norma trampa. En primer lugar no existe ninguna implementación correcta (es decir, hoy en día no hay programas que puedan usarlo), mientras que el ODF lo usa un buen número de programas. En segundo lugar permite la inclusión de formatos binarios propietarios no normativos dentro del propio archivo .docx (sí, bonita extensión), quitándole todo el significado a la palabra "estándar". Fue rechazado como norma ISO un montón de veces, y finalmente aprobado hace muy poco. Se sospecha (se SABE) que las votaciones estuvieron amañadas, pero eso no importa en absoluto. A día de hoy el estándar de facto sigue siendo un formato binario propietario no especificado cuyos derechos y patentes están en manos de una multinacional estadounidense. Es decir, nuestros documentos públicos están en un formato propiedad de una empresa privada extranjera. Y además habiendo alternativas viables y mejores al alcance. Fantástico.

Vayamos al presente caso que nos brinda anakyn. Supongo que muchos de los lectores saben lo que es HTML y lo que son el resto de "lenguajes web". Un navegador lo que hace es interpretar dichos lenguajes para crear las páginas que nosotros vemos. Se conoce popularmente como "renderizar" una página. Existe un consorcio internacional encargado de normalizar dichos lenguajes y el proceso de renderizado para que todos podamos ver la misma página partiendo del mismo código. Los navegadores web deberán estar programados siguiendo dichas normas. Es complicado seguirlas todas, puesto que desde que el consorcio actualiza una norma hasta que los programadores son capaces de cumplirla e implementarla en sus navegadores pasa un cierto tiempo, no despreciable. Llamemos navegador "estándar" a aquel que intenta seguir dicha norma, pública, por todos conocida. Llamemos navegador "Internet Explorer" a aquel navegador que interpreta el código como le apetece y además interpeta código no definido en el estándar como también le apetece, modificando en efecto dicho estándar. Digamos que el segundo navegador tiene una cuota de mercado tan elevada que consigue convertir sus criterios de interpretación en estándar de facto. A partir de ese momento la Administración Pública, en su infinita sabiduría, codificará sus páginas web según el método que sabe que en el segundo navegador realizará la tarea debida, dejando libre albedrío a los demás navegadores para interpetarlo "bien" o según el estándar. A veces funcionará, a veces no.

Aún así el problema planteado por anakyn, el tercer caso concretamente, tiene su miga. Resulta que Adobe, propietaria de los derechos sobre el formato .pdf, liberó dichas especificaciones ante la ISO y liberó el PDF como un estándar, es decir, existe una norma de libre uso, de especificación pública y sin licencias ni patentes definiendo el formato PDF. Me resulta curioso que anakyn no pudiera imprimir sin tener el Acrobat Reader, pues implica algún intrincado más allá de generar un simple PDF. Y en efecto dudo muchísimo que fuera difícil deshacer dicho intrincado, tratándose en todo caso de procesos que están normados y son de especificación pública.

El asunto va más allá de estos simples ejemplos que he expuesto. Prácticamente todos los tipos de medio utilizados por las aplicaciones informáticas tienen una implementación libre, y gran parte una especificación estándar reconocida. Y también prácticamente en todos los casos existe un formato propietario restringido cerrado y propiedad de una empresa privada que tiene gran cuota de mercado. La elección está ahí, la libertad de uso existe. La respuesta del usuario medio es: no me importa que sea libre o estándar, me importa que al que le mando este archivo pueda leerlo directamente sin tener que instalar un programa libre u otro programa cualquiera. Y así cerramos el círculo vicioso.

La próxima vez que recibas un .doc (o peor, un .docx) contesta que no puedes abrir dicho documento, que por favor te manden un .odf que puede abrir cualquier programa que siga una norma pública y al alcance de todos. Sé que nadie lo hará, pero es así como debería ser.
La próxima vez que hagas una página web valídala en el w3c validator. Sé que intentarás que se vea bien en el IExplorer, pero sería lo correcto.

Podéis comprobarlo: no todo está perdido.

20 mayo 2008

Autoentrevista (inducida)

El bueno de anakyn, redactor del blog "el cafetuelo" que se puede encontrar ahí a la derecha, entre mis enlaces interesantes, se ha hecho una autoentrevista. Antes de publicarla yo ya sabía de qué iba a ir, pues tenía información privilegiada. He leído su entrevista, y ahí va mi respuesta. Es una autoentrevista, pero inducida (por lo que respetaré el estilo de la original).

Háblanos de ti, ¿quién es vigoexiste?
Un gallego de antecedentes difusos y crianza asturiana. Joven pero adulto. Abierto pero difícil de conocer. Probablemente menos de lo que cree pero más de lo que aparenta en casi todo. Curioso, cuando menos.

¿Por qué vigoexiste?
En el año 2000 fui al XI Congreso de Estudios de Telecomunicación, en Barcelona, como uno de los representantes de la Escuela de Telecomunicación de Vigo. De aquella yo no tenía dirección de correo electrónico, y allí, entre todos los colegas, decidí al fin hacerme una. Una chica que conocí allí, Laura, que tenía ya dirección de correo, se apresuró a hacérmela. Ni me preguntó, simplemente era reciente aquello de "Teruel existe", y estaba presente un chico de Teruel con el que no nos llevábamos especialmente bien. A los pocos segundos yo era vigoexiste. Ahí quedó.

¿A qué te dedicas?
A mejorar lo presente, con mesura.

¿Intereses?
Bastantes, pero a mi favor ;-)

¿Qué cosas te gustan?
Las fronteras del conocimiento, cultura y sociedad humana. A saber:
Las tecnologías de la telecomunicación, la informática, Internet como expresión de ambas. La ciencia que intenta descubrir los entresijos de lo que somos y lo que es lo demás. De nuevo Internet como fuente de conocimiento de lo anterior. Las matemáticas, la lógica, las herramientas que permiten describir el mundo desde un punto de vista imparcial y genérico.
La cultura humana y sus expresiones. La Historia como expresión de lo que fue, la música, el cine, las sociedades como expresión de lo que es.
Y ser un miembro atípico de la sociedad, como el infiltrado que la estudia desde dentro. Cuidar a mi familia y a mis amigos, mientras ellos respeten mis particularidades. Hacer deporte para cuidarme y para pasar un buen rato. Mi mujer y mi hijo, y los que vengan.
Como el tiempo no es infinito, se crean un conjunto de colas con prioridades, se asignan ventanas temporales, un algoritmo lo más justo que sea posible y ¡adelante!

¿Qué te gustaría ser de mayor?
Lo que soy ahora (ingeniero) pero con más dinero.

¿En qué eres bueno?
Una de mis mesuradas obsesiones es el equilibrio. Supongo que (quizá de forma inconsciente o subconsciente) es la razón por la que me hice ingeniero. El equilibrio ideal entre la teoría y la práctica. Lo que mejor se me da es pensar para crear entes prácticos. Idear lo que todo el mundo usará.

¿Qué esperas de la vida?
Espero ser feliz educando a mis hijos y ver cómo ellos, algún día, serán felices educando a los suyos.

¿Cómo sería tu chico o chica ideal?


¿Medidas?
No tengo la cinta métrica a mano, pero algo así como 162cm de alto.

Dime tres virtudes que creas que posees.
¿Sólo tres? Bufff... Inteligente, sincero, paciente.

¿Y tres defectos?
¿Sólo tres? Bufff... Ególatra, desordenado, despistado.

¿Cambiarías algo de tu pasado?
Sí, algunos detalles. En ocasiones, cuando era más joven, fui demasiado "prudente" en mi expresión y me dejaba llevar por la corriente. Sin embargo no es algo que me obsesione ni me preocupe.

¿Qué es el éxito para ti?
Conseguir el equilibrio suficiente para llevar mi vida a su objetivo en la aproximación más cercana a la óptima. Si no sabes lo que significa eres normal, pero no me comprendes. Si lo sabes vete al médico, y aún así es casi seguro que no me comprendes.