09 noviembre 2007

Biomitos renovables

Un tema muy de moda en estos tiempos es el de las energías renovables y los biocombustibles. Muchos consideran todo lo que empiece con el mágico prefijo "bio" como la panacea del mundo sostenible del futuro. Pero tal y como están las cosas hoy en día, dista mucho de la realidad.

Llámanse biocombustibles a aquellos combustibles (etanol, por ejemplo) obtenidos de plantas por procesos de fermentación. Por ejemplo, plantamos alguna gramínea (arroz) y en vez de comernos el producto lo fermentamos y destilamos el etanol producido para utilizarlo como combustible. Con este sencillo proceso hemos solucionado el problema del petróleo: contaminamos menos y no se acaba, pues basta plantar más. Nada más lejos de la realidad. La energía no aparece por arte de magia. Si bien la quema de etanol puro es menos contaminante que la quema de combustibles diesel procedentes del petróleo, obtener etanol requiere grandes cantidades de energía adicional. Los procesos que van desde la plantación, recolección, transporte y fermentación consumen mucha energía que es, habitualmente, obtenida por métodos tradicionales (como la quema de combustibles fósiles). El balance energético no resulta positivo globalmente, y el balance de dióxido de carbono tampoco. Por otro lado en algunos lugares se está destinando tanto cereal para este fin que están subiendo los precios del mismo para alimentación. No todo es malo: en países pobres y sin petróleo la obtención de combustibles por este método puede ser beneficiosa, siempre que les queden suficientes cereales para comer.

Otro tema de moda: el hidrógeno. El hidrógeno es una excelente fuente de energía con diversos usos: combustión, pilas de hidrógeno, fusión nuclear. Pero no puedes ir al supermercado a comprar un paquetito de hidrógeno. En La Tierra no hay hidrógeno molecular, no hay hidrógeno utilizable con tales fines. Hay que obtenerlo, por ejemplo, por hidrólisis del agua. Mientras no dominemos la fusión nuclear (poco probable a medio plazo) el proceso sería: Agua --(hidrólisis)--> Hidrógeno --(combustión)--> Agua. Este proceso, por simple termodinámica, es energéticamente negativo. Es decir, empleamos más energía en la hidrólisis de la que aprovechamos en la combustión. ¿De dónde sacamos la energía para la hidrólisis? Está claro que no del hidrógeno.

Energía eólica. La energía eólica conlleva problemas muy diferentes. No tenemos la excusa de la eficiencia energética porque la energía la pone la propia dinámica terrestre (atmosférica, en este caso). El problema que tenemos es que para generar suficiente energía para alimentar la demanda actual con los mejores generadores que el hombre ha inventado necesitaríamos literalmente bosques y más bosques de aerogeneradores. Y esto sí conlleva problemas. Uno de los menos conocidos es que una gran cantidad de aerogeneradores en un área reducida modifica las condiciones locales en cuanto a viento y temperatura. La temperatura superficial aumenta, aunque este efecto está poco estudiado. Quizá el problema más grande sea encontrar dónde poner tantos aerogeneradores, y, sobre todo, su mantenimiento posterior.

Energía solar. Éste es un punto delicado, dado que engloba diversos métodos de producción de energía a partir de la radiación solar. Los más populares son la fotovoltaica y la termosolar. Los paneles fotovoltaicos obtienen energía eléctrica a partir de células solares, imitando la fotosíntesis pero con mucha más eficiencia. Actualmente es un proceso muy poco eficiente, caro y contaminante, dado que se requiere mucha energía obtenida de forma "sucia" para crear cada panel. La energía termosolar trata de recolectar radiación solar para calentar agua a temperaturas bajas (40-60 grados) para calefacción y uso sanitario. Este proceso es sencillo y barato, y más eficiente, pero tiene un uso muy restringido. Existe un modo de recolección de energía solar relativamente nuevo que resulta prometedor: la combinación eólico-solar. Una gran extensión de recolectores térmicos que calientan aire que se usa para mover las aspas de un aerogenerador. Se calcula que, situadas en puntos estratégicos, se podría abastecer la energía eléctrica global con unas "pocas" de estas centrales. Serían además eficientes y poco contaminantes, pero requieren una gran inversión inicial.





Hidráulica. Por último la energía hidráulica. Hay países, como España, donde esta forma de generar electricidad está muy extendida. Otros, como Egipto, dependen en gran medida de ella. Tiene ventajas y muchos inconvenientes bien conocidos, como la destrucción del hábitat, y que hay un número finito de ríos explotables. De cualquier forma, este tipo de recurso es un apoyo y nunca una fuente principal de energía.Energía nuclear. La fisión hoy en día es segura y eficiente, pero presenta problemas de sobra conocidos, y poca aceptación social. El mundo espera la llegada de los reactores de fusión. Seguramente llegarán tarde o temprano, pero tardan ya demasiado. Y una vez lleguen habrá que pelearse por el tritio, pero eso ya es otro tema.

En conclusión tenemos un problema, y habrá que encontrar una solución. Probablemente sea una solución combinada: si conseguimos producir suficiente energía eléctrica mediante métodos realmente eficientes y no contaminantes (como las centrales termoeólicas-eólicas o fusión nuclear) podríamos tener un excedente usable para la producción de hidrógeno por electrólisis, lo que impulsaría el desarrollo de las pilas de combustible y métodos de almacenaje de hidrógeno (gran problema) y quizá veamos una puerta. Se aceptan sugerencias.